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31/07/2025El Festival de la Velocidad de Goodwood puede considerarse como el mayor evento histórico del mundo del motor. Es un festival que se celebra cada verano en Inglaterra a unos 100 km de Londres. En dicho evento, encontramos tanto pilotos del presente como del pasado pilotando coches de competición y también deportivos de calle de todas las épocas. En la edición de este año, hemos tenido a un invitado muy antiguo que ha tenido su momento de gloria en el Goodwood Hill Climb, el FIAT S76. Este coche de 1910 es una auténtica joya de la historia del automóvil. En el post de esta semana, vamos a aprovechar su participación en el Festival de Goodwood de este año para hablar de su historia, sus especificaciones, los dueños que ha tenido, su proceso de restauración y sus apariciones en eventos de exhibición histórica en la actualidad ¡Andiamo!
LA CREACIÓN DE LA BESTIA TURINESA
Para el año 1909 el récord de velocidad en tierra lo poseía el francés Victor Hémery. El récord lo estableció en el circuito británico de Brooklands, Reino Unido, el primer autódromo de la historia. El registro de velocidad que marcó fue de 202,68 km/h en un vehículo alemán bautizado como Blitzen Benz.

Blitzen Benz de 1909. El coche que tenía vigente el récord de velocidad en tierra (Wheelsage)
Con el deseo de batir el récord de velocidad en tierra, la marca italiana FIAT decidió crear un automóvil específico para tal fin. Fue así cómo nació nuestro vehículo protagonista de hoy, el FIAT S76. Este coche tuvo numerosos apodos, como el de FIAT 300 HP Record o el apodo con el que es conocido en todo el mundo: “La Bestia de Turín”. Se construyeron solo dos ejemplares de este modelo y actualmente solo se conserva uno.

FIAT S76 frente a la factoría de la empresa en Turín en el año 1911 (Creative Commons)
ESPECIFICACIONES TÉCNICAS
En lo estrictamente técnico, el S76 poseía un motor de cuatro cilindros y una potencia de 290 CV a 1900 rpm, con 3 bujías por cilindro, ignición con magneto de bajo voltaje, refrigeración por agua, transmisión por cadena, suspensión de eje rígida con resortes delante y detrás, y una caja de cambios manual de cuatro velocidades más la marcha atrás. Con estas especificaciones, el S76 alcanzaba, sobre el papel, una velocidad máxima de 290 km/h, unas cifras que le servían para destronar al Blitzen Benz de 1909, pero las cosas se torcieron un poco.

FIAT S76 con la cubierta del motor abierta (Creative Commons)
EL RÉCORD DE VELOCIDAD QUE NUNCA LOGRÓ…O SÍ
De las dos unidades que FIAT fabricó del S76 para batir el récord de velocidad, la primera fue construida en 1910. El coche fue probado por primera vez por Felice Nazzaro, uno de los pilotos de fábrica de FIAT y que le había dado a Italia su primera victoria en un Gran Premio en 1907. En palabras de Nazzaro, el vehículo, que pesaba 1.650 kg, era sencillamente incontrolable.
La segunda unidad del S76 se vendió al príncipe ruso Boris Soukhanov en 1911. La idea original era la de batir el récord de velocidad en el mismo escenario que el récord vigente, el Circuito británico de Brooklands. Para el propósito, Boris contrató al piloto italiano Pietro Bordino, pero Bordino se negó a conducir esa máquina a más de 145 km/h porque temía por su vida. Más adelante, el coche se llevó a Saltburn Sands beach, en Inglaterra y allí alcanzó la velocidad punta de 187 km/h, todavía algo lejos del récord.

FIAT S76. “La Bestia de Turín” (Wheelsage)
Con la negativa de Pietro Bordino de conducir a más velocidad ese FIAT, Boris Soukhanov se vio obligado a contratar a un nuevo piloto. En 1913, escogió al piloto estadounidense Arthur Duray, pero para intentar conseguir el récord en otro escenario, en Ostende, Bélgica. Arthur Duray se las ingenió para alcanzar la velocidad punta de 132,27 mph, que son 212,87 km/h.

Arthur Duray
Con esta marca superó por muy poco al Blitzen Benz, pero una mala noticia les aguardaba. El récord nunca llegó a ser asignado. Esto se debe a un detalle del reglamento de la época, y es que en el evento en el que intentó batir el récord, tenía que completar el recorrido dentro del período de tiempo asignado, y una avería le impidió cumplir la distancia dentro del tiempo límite. Por esta razón “La Bestia de Turín” fue premiada de manera extra oficial como el coche más rápido del mundo, pero su marca nunca llegó a registrarse de manera oficial. Así que podemos decir que el FIAT S76 cumplió su propósito para el que fue construido, pero al mismo tiempo se encuentra en el limbo al no registrarse su récord.
RESTAURACIONES, CAMBIOS DE DUEÑO Y APARICIONES EN EVENTOS HISTÓRICOS DEL PRESENTE
Aparte de su apodo y de su hazaña, otra de las historias que hacen fascinante a la Bestia de Turín es el hecho de haber sobrevivido más de 100 años y de ser un coche que hoy en día lo podemos disfrutar tanto en museos como en eventos de clásicos, pero es cierto que su camino fue una odisea.

FIAT S76 escupiendo fuego del tubo de escape (Wheelsage)
En 1919, la primera unidad del S76 fue desmantelada por FIAT. La unidad S76 de Boris Soukhanov perdió su motor y el coche acabó en Australia, donde fue reconstruido y potenciado con un nuevo motor Slutz. A comienzos de 1920, el coche se estrelló mientras se preparaba para una carrera en la costa. En 1950 el coche terminó en manos de un coleccionista llamado Stuart Middlehurst, que fue el encargado de iniciar la restauración del automóvil a partir de piezas de un Hispano-Suiza. Tras la restauración envió el chasis a Neville Roberts. Después fue comprado por Brian Arundale en los 80, pero este nuevo dueño no realizó ninguna labor de restauración al coche.
Ya en el Siglo XXI, concretamente en el año 2003, Duncan Pittaway obtuvo el chasis del S76 de Boris Soukhanov y lo envió al Reino Unido. Tras el descubrimiento del motor de la unidad gemela que fue desmantelada, Pittaway empezó a restaurar el S76. Las tres partes principales del coche se tuvieron que reconstruir: la caja de cambios de doble cadena, la carrocería y el radiador. A partir de fotografías antiguas y de los bocetos originales de FIAT, se recrearon todos estos elementos.

Detalle del radiador, uno de los elementos reconstruidos (Creative Commons)
En noviembre de 2014, Pittaway y su equipo de mecánicos lograron hacer que el motor del S76 rugiese otra vez. Su restauración fue completada en 2015 y la “Bestia de Turín” volvió a rodar por primera vez en casi un siglo en el Goodwood Festival of Speed, evento en el que también participó en la edición de 2021 y en esta última de 2025 de hace varias semanas. La cosa se limita solo a Goodwood, ya que también se le ha visto por el Chateau Impney Hill Climb del 2015 o el Prescott Speed Hill Climb de 2016.

FIAT S76 durante una edición del Goodwood Festival of Speed (Creative Commons)
El FIAT S76 se concibió para ser el coche más rápido del mundo. Dicho récord lo alcanzó, pero no fue reconocido. Su primer dueño fue un miembro de la realeza, sobrevivió a la I Guerra Mundial, corrió en la otra punta del mundo y ha sido restaurado tras pasar por muchas manos a lo largo de todo el Siglo XX, para lucirse en eventos de clásicos en este Siglo XXI. En definitiva, la Bestia de Turín es un coche con una historia única e imperdible dentro del mundo del motor, una historia que toda persona aficionada a las cuatro ruedas debe conocer.