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21/11/2024Continuamos en el blog centrándonos en el año 1899, pero en esta ocasión no vamos a hablar sobre la fundación o del primer modelo de una marca famosa. Sino que abordaremos un campo de la historia del automóvil que todavía no hemos tratado, los récords de velocidad en tierra. En esta semana vamos a repasar la historia del piloto belga Camille Jenatzy y su coche bautizado como Le Jamais Contente, un vehículo que no solo batió el récord de velocidad en tierra, sino que también fue el primer automóvil del mundo que alcanzó y superó los 100 km/h.
CAMILE JENATZY. EL PILOTO CAZARRÉCORDS
Camile Jenatzy nació el 4 de noviembre de 1868 en Schaerbeek, en Bélgica. Su padre, Constant Jenatzy, se dedicaba a la fabricación de neumáticos de caucho, algo que influiría mucho en la vida del pequeño Camille. Estudió ingeniería y estaba muy atraído por el mundo del automóvil. Este piloto belga ha pasado a la historia por dos motivos: uno por sus participaciones en los primeros grandes premios de la historia del automovilismo y, sobre todo, por querer ser recordado como el piloto más rápido del mundo.
El 17 de enero de 1899 en la localidad francesa de Achères, muy cerca de París, registró una velocidad punta de 66,66 km/h sobre un kilómetro a los mandos de un CGA Dogart. En ese mismo día, dicho registro fue batido por el conde Gaston de Chasseloup-Laubat. Aunque este registro no tardaría mucho en ser batido de nuevo. 10 días más tarde, el 27 de enero de 1899, Jenatzy alcanzó los 80,35 km/h sobre un kilómetro.
LA JAMAIS CONTENTE. EL ARMA DE LOS 100 KM/H
Pese al récord que obtuvo, este fue arrebatado de nuevo por Chasseloup-Laubat, que aplicó un carenado rudimentario a su vehículo Jeantaud. Esta vez Jenatzy, que era apodado como el Diablo Rojo por el pelirrojo color de su barba, decidió ir con toda la artillería para volver a arrebatar el récord a Chasseloup-Laubat con su nueva creación, Le Jamais Contente.
Le Jamais Contente fue un vehículo belga con una carrocería de aleación ligera y con forma de bala que estaba equipado con neumáticos Michelin. Tenía una misión muy clara, ser el coche más rápido del mundo. Hasta tal punto fue la cosa que este vehículo ha pasado a la historia de la humanidad por ser el primer automóvil del mundo que se construyó expresamente con el propósito de batir récords de velocidad. El 29 de abril de 1899 Camile Jenatzy y su Jamais Contente tenían una cita con la historia. De nuevo en la localidad francesa de Achères, Jenatzy no solo logró batir el récord de velocidad en tierra, sino que también se convirtió en el primer hombre en superar la barrera de los 100 km/h con un automóvil. La marca oficial que registró fue de 105,88 km/h.
Le Jamais Contente hizo historia y otro dato que podrá impresionar es que era un automóvil 100% eléctrico. Aparte del propósito de batir el récord de velocidad en tierra, Camille Jenatzy tuvo otro fin con la creación de este coche, usar el récord obtenido como estrategia de marketing para potenciar el mercado de los coches eléctricos en París. Aunque esto fracasara a los pocos años al verse que el camino a seguir eran los motores de combustión interna, en esos años finales del Siglo XIX, el automóvil con propulsión eléctrica era un tipo de tecnología que se quería explotar, siendo un buen ejemplo de ello el famoso vehículo eléctrico que creó el año antes el Dr. Ferdinand Porsche del que ya hablamos en uno de nuestros posts anteriores. Su récord de velocidad estuvo vigente durante tres años. Sería superado en el año 1902 por el piloto francés Léon Serpollet en Niza, cuando el 13 de abril de dicho año alcanzó los 120 km/h con un Gardner-Serpollet de vapor que por su forma y colores fue apodado como el Œuf de Pâques o Huevo de Pascua, pero eso es historia para otro post.
Hoy en día se puede contemplar este coche en un museo. Concretamente en Francia, en el Museo del Automóvil de Compiègne, una localidad donde también se puede contemplar una réplica a escala real del famoso vagón del armisticio donde se firmó la rendición de Alemania en la Primera Guerra Mundial al ser este pueblo galo el lugar de destino donde se dirigía dicho tren.
OTROS ÉXITOS DE JENATZY EN EL AUTOMOVILISMO
La carrera profesional de Camile Jenazty no solo se limitó a los récords de velocidad. Después de la hazaña conseguida de ser el primer hombre de la tierra en superar los 100 km/h, siguió corriendo como piloto en los primeros grandes premios de la historia. En 1903, Jenatzy ganó con un Mercedes la cuarta edición de la Copa Gordon Bennet en Athy, Irlanda. Siendo este el primer torneo internacional de automóviles que se celebró de manera anual y en la que se estableció tanto los pit-stops como la famosa regla de que los colores de los coches debían ir por países: los italianos iban de rojo, los franceses de azul, los ingleses de verde, los belgas de amarillo, los alemanes de blanco, entre otras naciones.
En 1906 participó en el primer Gran Premio de la historia disputado en Le Mans, Francia. En aquel primer GP, Camille Jenatzy completó la carrera, aunque en una decepcionante décima posición. En ese mismo año, participó en la Copa Vanderbilt, la primera competición internacional de automovilismo celebrada en Estados Unidos y en el Continente Americano y precursora del actual GP de Estados Unidos. En dicha carrera hizo una de sus mejores actuaciones al quedar quinto con un Mercedes 120. También participó en el GP de Francia de 1908 donde quedó 16º con un Mors.
UN FINAL PREMATURO
Por desgracia, Camille Jenatzy falleció a los 45 años de edad en Habay Bélgica en un accidente de caza. Mientras cazaba con unos amigos, se escondió en un arbusto e hizo ruidos imitando a animales para gastar una broma a sus amigos que iban con él. Por desgracia, esta broma le terminó costando la vida. Uno de sus amigos abrió fuego creyendo que era un animal y cuando se dieron cuenta de que era Jenatzy, se apresuraron para llevarlo al hospital. Sin embargo, el cazarrécords murió desangrado en plena ruta, cumpliendo así una oscura profecía que él mismo dijo años atrás de que moriría subido en un Mercedes, ya que era un vehículo de esta marca el que lo trasladó al hospital. Hoy en día se puede visitar su tumba en el cementerio de Laeken, el más antiguo de los cementerios de Bruselas de los que siguen en funcionamiento.
La vida de Camille Jenatzy fue la vida de alguien adelantado a su tiempo, de un gran piloto y, sobre todo, de un cazarrécords que consiguió alcanzar la inmortalidad. Su Le Jamais Contente es y siempre será, el coche más representativo de este legendario piloto belga.